martes, 10 de julio de 2012

Conectividad







Conectar es, de acuerdo al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, enlazar, atar, concatenar una cosa con otra.

Se conectan los caminos, se conectan las líneas telefónicas, se conectan las redes de tendido eléctrico. Se conectan los seres humanos cuando se enlazan, cuando se atan de alguna forma, cuando se concatenan para un bien común.

Conectarse implica mantener el contacto, tocarse, relacionarse, mantenerse al tanto uno de otro. Conectarse es una acción que se lleva a cabo en forma intencional.

Esta cualidad, la conectividad, no es algo que solo pertenezca a ciertas disciplinas, como la informática. De hecho, hablando de Biología, los seres vivos complejos tienen dentro de sus mecanismos de control vital, conexiones que son obligatorias:

El sistema nervioso conecta, a través de una enorme red, millones de células y estructuras tisulares, orgánicas o sistémicas, para cumplir con funciones específicas que le son importantes al individuo complejo.

El sistema endócrino utiliza otro medio de conexión, la sangre, para emitir mensajes que van codificados y que solo ejercen su acción en la célula blanco, en la que la hormona debe conectarse en forma específica, en un receptor, ya sea en la membrana celular o en su interior.

Los espermatozoides, en su búsqueda del óvulo, compiten en una carrera frenética, en la que señales citoquímicas los guían, para que algunos cuantos puedan llegar al a trompa de Falopio, y uno solo, traspasar la zona pelúcida y conectarse con la membrana plasmática del óvulo.

Las conexiones son importantes. Estar conectados nos permite recibir información. Nos permite asimilarla, transformarla en conocimiento y tomar decisiones.

Conectarnos es tan importante, que es la clave para el inicio de la civilización. Nos conectamos a través de correos, a través del teléfono, a través de la computadora. Nos conectamos para muchas cosas.

Pero lo más importante es que nos conectamos.

En el nacimiento del internet, la conectividad fué un principio fundamental. De pronto tuvimos un mundo nuevo ante nuestros pies. Pero en sus primeros años, el internet permitió que la conexión fuese habitualmente uni-direccional. En donde un emisor envía sus mensajes a través de un sitio web y millones de receptores lo reciben en sus computadoras personales.

La conectividad en la Web 2.0 es multidireccional, ahora, podemos conectarnos en ambas vías, o en vías múltiples. Y un mensaje puede ser enviado por cualquiera de los nodos de una red. Para ser recibido por cualquiera de los otros nodos de la red. No en la forma en la que una red se comunica solo de nodo a nodo.

La conectividad en la Web 2.0 va más allá. Es como si tuviésemos toda la atmósfera como nuestra interfase, y no existe la necesidad de una conexión directa nodo a nodo, sino que cualquier nodo en la red será capaz de recibirla información. Pudiésemos compararla también a una telaraña que flotara sobre el agua, en la que las olas del agua no requieren que su fuerza se transmita por los nodos, sino que la interfase en la red termina siendo diferente a la misma. Esa interfase es lo que conocemos como Social Media.

Imagina una conexión importante en la edad media... ¿cómo se mantenían conectadas dos personas que estaban lejanas en la edad media? pues claro.... a través de algún correo.... pero ese correo implicaba que una persona trasladara la carta de un lugar a otro, que lo hiciera a pie, o en caballo, por caminos mal preparados, en medio de múltiples peligros. La información llegaba en ocasiones a su destino, pero en muchas ocasiones no. Cuando llegaba, habitualmente había pasado un largo tiempo desde que la información fue emitida originalmente.

En nuestro tiempo, la conectividad de internet se ha desarrollado en una forma tan compleja, que cualquier intento de mapeo de las conexiones es una mera aproximación. Porque la complejidad crece continuamente.

La imagen que muestro a continuación, tomada de

http://www.opensailing.net/download/20090803Internet_map_collage.jpg



Nos permite darnos cuenta de la enorme complejidad de nuestras conexiones a través de internet.

Así que es bueno saberlo, al conectarte a través de internet, te conectas con una gran cantidad de personas, en la misma red, está conectado tal vez en el extremo opuesto, el presidente Barack Obama, o el Papa, o el Premio Nóbel de Medicina.

Estamos conectados unos con otros como nunca antes.

Esta conectividad nos permite NO permanecer aislados, nos permite vernos a lo lejos, de pronto no ser desconocidos, nos permite de pronto inter-relacionarnos, conocernos, colaborar, participar, apoyarnos y con el tiempo, unirnos como nunca hubiese sido imaginable.

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